Es una terapia manual que se realiza con movimientos suaves, lentos y repetitivos y que favorece la circulación de la linfa, mejorando así las inflamaciones, retención de líquidos y edemas, entre otros.
El sistema linfático, sobre el que se basa este tipo de drenaje, actúa como filtro para eliminar toxinas y generar el buen funcionamiento del sistema inmunológico del organismo.
Es utilizado en pacientes al final de sus tratamientos oncológicos,
para el tratamiento de linfoedemas, edemas traumáticos o complicaciones linfáticas posteriores a una cirugía, en casos de celulitis, acné, várices, hematomas, afecciones del aparato digestivo, fibromialgia, piernas cansadas o hinchadas, artrosis, artritis, hipertensión, ansiedad y estrés